“La mentalidad de Michael para entrenar era extremadamente única.
La persona más competitiva que he conocido.
Nunca quería perder en nada.
Siempre sentía que alguien estaba trabajando más duro que él, así que tenía que trabajar más duro que ellos.
Conocía sus debilidades.
Conocía sus fortalezas.
Solía decir que iba a transformar sus debilidades en fortalezas.
Y lo hacía.
De lo que te dabas cuenta es que que cada año siempre había evolución en su juego, había algo nuevo que añadía, un tiro o un movimiento nuevo.
Nunca estaba satisfecho.
Daba igual cuántos campeonatos o títulos ganara, lo que decía la gente o cuantos fans tenía.
Siempre quería ser mejor.
Por entrenar tanto en todos los aspectos, saber de qué va la película, entender a los demás jugadores, sus tendencias y estar tan bien preparado, siempre estaba por encima de su competencia.”
- Tim Grover, entrenador de Michael Jordan